Yo soy feliz si veo
tu amanecer por dentro,
las pupilas amigas
juegan a la sonrisa
y al contento.
La cara se hace alegre
con su mensaje eterno
la caricia te toca
hasta sin proponérselo.
El sol, aunque no salga,
adivina el requiebro.
El día sabe a dulce
del aire de tu aliento.
Se aclara la oscurana
que sentías por dentro
y se amagan las ganas
de decir lo que siento.
Y soy feliz si veo
tu amanecer por dentro.