Yo nunca fuí mi yo,
más que ahora mismo,
evidenciando pasos
que una vez prometimos.
Reivindicando pausas
para seguir el ritmo
que nos pedía la vida
con todos sus sentidos.
Yo nunca fuí más yo
que ahora mismo,
revisando bisagras
a mis puertas sin tino.
Declarándome libre,
y desde este principio
ir trasegando cuentas
en mi collar de mitos.
Yo nunca fuí más yo,
y lo siento ahora mismo,
con mi morral de culpas
y mi hambre de destinos.
Pidiéndole a la vida
para los sueños míos,
una prudencia corta
así sin redimirlos…
Yo nunca fuí más yo
de lo que hoy he sido,
¡con la loca esperanza
que tuve en el principio!