Y tu te vas y vienes
hilvanando caminos,
como si el rumbo fijo
no fuera para tí.
Y te escondes, buscando,
la verdad de tus pasos
en los tantos abrazos
que, alguna vez, te dí.
La verdad simple y pura
no se puede ocultar
vas y vienes cruzando
tu propia libertad.
Pero esa libertad,
también bandera mía,
ya ni sé lo que ansía,
de tanto ver pasar,
como un juego de dádivas,
tu altivez y la mía
que, en la misma porfía
juegan para ganar.
Libertades perdidas,
perdidas ilusiones
descubrir nuestros dones,
y erigir nuestro altar.
Así nos avenimos
a juntar nuestros pasos,
mientras nuestros abrazos,
olvidaron tratar.
Y alguna vez pudimos
encontrar esos lazos
en el tiempo pasado
que va sin retornar.
Ahora sólo queda
¡recordar horas buenas,
soñar lo que se espera
o dejar de soñar!