Y te vas…
como se van las olas
en nuestro mar bravío
coronando en su viaje
las deseos más íntimos.
Y te llevas,
en versos,
los cantos aprendidos
languideciendo rutas
que nunca prometimos.
Y me legas,
desde antes, desde hoy,
desde siempre,
apenas los murmullos
de mi débil corriente.
Como si fuera poco
nadar hasta perderme
en un limbo que marcha
hacia tus propias redes.
Y yo acepto:
tu capricho y tus términos,
a pesar de mi misma
y todo sentimiento
pensando que, tal vez,
alguna vez pudimos
hacer de dos caminos
un camino de encuentros…
Y me voy, dialogando
mi propio desconcierto…
mientras voy separando,
en un deslindar almas,
o deslindar conceptos,
¡lo tuyo de lo nuestro!