Y Después…
Y Después…

Y Después…

Y después…¿cuántos versos?

Y después… ¿cuántas lágrimas 

perdurando en los rostros 

curtidos de esperanzas? 

 

Si la esperanza muere 

igual que las palabras, 

sin que nadie requiera 

un réquiem por las almas. 

 

Si la angustia se esconde 

detrás de las miradas, 

pidiendo tiempos nuevos 

para nuevas batallas. 

 

Si el futuro se esconde 

guardando las medallas 

que nunca pretendimos 

y siempre nos buscaran. 

 

Si después del después, 

unida la labranza, 

soñamos sólo sueños 

construyendo el mañana 

que sonríe queda 

sin que nos invitara 

a recorrer las rutas 

que hayan sido vedadas. 

 

Es así que soñamos, 

construyendo en la zafra

que sólo pertenece 

dentro de las palabras,

que alguna vez leímos 

y hoy yacen olvidadas. 

 

Y después…

nada queda

¡que nos explique nada!

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