Y así, como siempre,
se fueron perdiendo
los años vividos.
Contando lo frágil,
lo rudo, lo ido,
por cualquier milagro
o cualquier designio
que nos llame al alma
para el secrificio
de seguir llorando
por tantos motivos.
Y así tan a veces,
sin que dependieran
de ocultos designios,
se fue la añoranza
por lo ya perdido
sin lágrimas tristes,
sin votos de olvido,
tal vez añorando
un mundo distinto
sin tener la tierra
para su cultivo.
Y así, casi nada
quedó en el conflicto
de verter más lágrimas
con el mismo instinto
de ondear las sonrisas
y abrazar los conflictos.
Y así, en mis mareas,
eslabón perdido,
voy contando pasos
cuando me decido,
llenando el cuaderno
de los tiempos idos,
un poco jugando
con los laberintos…
Y así, cada encuentro
por algún conflicto,
por algún motivo,
sonrío a las ansias
de mantener vivo
este cuento largo
que inicio el principio
de cuentos y versos
para el propio río
que navega alegre
por algún motivo…