Y me alimento
el alma
con las tontas historias
que hablan de tiempos idos,
de luchas o de glorias,
de cualquier entredicho,
o debate o delirio,
o razón o cumplidos.
Derechos de escribir
lo que me plazca
cuando surgen en mi,
volátiles las formas,
construyendo las propias
y felices historias
que guardan para siempre
mios múltiples memorias.
¿Y?
Todo y nada en un mar
que sigue haciendo olas
con la tonta esperanza
de unificar las horas
de un soñador que sueña
sin penas y sin glorias,
en una sola dádiva
que las reúna a todas.
Y ya no se que cosa
puedo hacer con las ganas
de escribir hasta hartarme,
¡recordándolo todo
sin olvidarme nada!
A pesar del requiebro
de mi muda almohada
de la lucha contínua
de las horas y horas
recordando a mi musa
el gran placer de usarla
sin que venga y me diga:
¡aquí no pasa nada!
cuando aquí pasa todo,
¡lo que no sabe el alba!