Volver
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Volví a mirar la senda 

que convirtió mis pasos 

en ansias de alegrías 

y premiados ocasos, 

llevándome a esas rutas 

que poblaron mi esquema 

de ilusiones precisas 

y ansias de olas nuevas. 

 

Así, desde mi cumbre, 

ví la tonta certeza 

de esconder en mis horas 

las ansiadas respuestas. 

Tener miedo en el alma 

y en la piel la certeza 

de un futuro que diera 

realidad a mi esquema. 

 

Viví con ilusiones 

de escribir, si quisiera, 

una que otra vendimia 

desde mis primaveras. 

Un sueño y otro sueño 

levitando en mi almohada 

con ganas de escribir 

las mejores palabras. 

 

Lograr dar esa altura 

a la fe, que aguardaba, 

evidenciando escenas 

de una a otra banda, 

despertando de un sueño, 

que siempre trajinara, 

hablándome de versos 

tras la puerta cerrada. 

 

De un jardín imposible, 

colmado de palabras, 

donde cada flor nace 

con su historia de versos, 

cubriendo las corolas 

de cantos y deseos, 

para la luna nueva 

y su romance en gala.

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