Vengo del olvido.
Vengo de la zafra
de los mil retornos,
de múltiples hazañas,
de cualquier entorno
que pruebe mi falta
de seguir mi giro
de todas las zafras
con manos tendidas
a cualquier morada
que me extienda abrazos
sin deberle nada
mas que mis angustias
de épocas pasadas.
Vengo de la noche
clara y estrellada
reuniendo garitas
en mi eterna gala
con cielo cubierto
de estrellas y alas
para dar impulso
a búsqueda y calma
por cualquier abrazo
que siempre llegara.
Vengo del mar como
olvidar mi zafra
a pesar de penas,
a pesar de lágrimas,
reuniendo citas,
recordando magias
que alcanzan el punto
de abrazos y dádivas
para ir, rumiando,
perdidas batallas,
en el punto cierto
de las desventajas,
abriendo las luchas,
cerrando la magia.