Ven a mirar la tarde,
la lluvia se ha marchado
y la grama parece
una alfombra muy verde
donde ya bailan todas
las flores silvestres.
Los árboles presumen
de las gotas brillantes
que dejara la lluvia
sobre las hojas frágiles.
Ahora cantan sus cantos
como en coro, las aves.
Ahora estrenan vuelos
hacia otros lugares
ganando el optimismo
que ya envuelve la tarde.
Y atrás, atrás de la cortina
de los más altos árboles
se van rompiendo formas
y despejando mares
entre las nubes todas
decidiendo mutarse
en tantas formas grises
como quiera la tarde.
Y un sol, que va saliendo,
acumula detalles
para salir airoso
iluminando el valle
o quedar entre nubes
mirando los detalles
de la tarde que avanza
más allá del follaje…