Una vez tuve sueños.
Una vez tuve bríos
para ir en pos de olas
sobre mi mar bravío.
Una vez hilé versas,
en mi largo albedrío,
una vez busqué todo
lo que no había perdido.
Otra vez hilé sueños
que nunca fueron míos,
sugiriendo guardarlos
en un nido vacío.
Otra vez crucé lunas
entronizando predios
que yacían perdidos
en una lontananza
de cuentos presumidos.
Y, encontrando los pasos,
volví pasos y siglos.
Entronicé mi almohada
en sueños solo míos.
Y una vez y otra vez,
sigo en el desvarío
consolidando lunas
en mi cielo, ya exiguo,
sin que toquen las dianas
su respuesta de siglos…