Una mirada basta
para todos los signos
y los significados,
y los tratos posibles,
y los posibles actos.
Una mirada es todo
lo que yo ecesito
para fluir del todo
contu verbo preciso;
sojuzgando en mi misma
el placer que he sentido.
Una mirada tiene
todo el peso del mundo,
de tu mundo y el mio
en sus giros fortuitos.
Tu cambias de opiniones,
yo cambio de caminos.
Tu opinión es costosa
dados los desatinos
y mi opinión, tan vaga,
que no merece títulos.
Por eso, una mirada,
¡vale un mundo y sus mitos!
Mientras tu piensas cosas
que nunca compartimos,
y yo, entre encontrarte
y compartir contigo
algunos versos tontos
que clamaron mis bríos,
resuelvo doblegarme
a mis tontos designios.
¡Una mirada basta
para romper vacíos!