Equivalentes,
tus sentidos a mis sentidos
los tuyos,
con voz grave
que me llama,
desde la estéril soledad
de las caricias.
Pretendo no escuchar,
aunque sintiendo,
ecos de siempre
en mi terca posición
de no ser sombra.
y la voz se repite,
deletreando mi nombre
silabeando mi nombre
cada instante,
juego al azar,
y nunca tengo suerte,
en lugar de vencer
estoy perdida
y apocándome el alma
te reencuentro.
Pido clemencia
al devenir o al porvenir,
sin que respondan.
Tan sólo quiero paz,
pues nada espero
y no tengo la paz
que tanto anhelo.
Vuelco toda mi ser
en,
aún no se que cauces,
me sustraigo
me desvirtualizo
me achico,
me contradigo
y me siento marchar,
a pesar de mi misma.
Otra vez al llamado
que me llama…
¿será tan pobre
mi condición humana
o es sólo la costumbre
de hacer caso?