Tormentas
Tormentas

Tormentas

Volcánicas las luces de la espera

en esta espera terca y domeñada

van, sin retorno a la explosión ligera,

sin que queme tu piel con mi asonada.

 

Otra vez reconozco el pesimismo

en tu no hacer para medir palabras

y tercamente sigo en mi optimismo,

cubriendo cautelosa mis espaldas.

 

No se si volverás, aunque sea tarde,

a desprender de mí los sinsabores

porque tu boca calla lo que sienten los labios

acercándose a mi y mis dolores.

 

Nuevamente tender en mi cintura

las mejores razones que me legas

y nuevamente mi volcán de arenas

suspirara menguando tu agua plena.

 

Es así como hacemos el amor

pariendo cada día las tormentas

tú te vas y regresas, yo me quedo,

con más dolor que nada en mi respuesta.

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