Tímidamente vuelo
mis vuelos de infortunio
sintiéndome pequeña
y alejada del mundo.
Soy luciérnaga triste
que vuela entre las sombras
llamando por sus nombres
las horas que no nombran.
Y no encontrando obstáculos
a mi viaje de vuelta,
hago ruido de luces
en mis pasos sin huellas.
Eternamente amante
del río que me nombra,
cada vez que sus ondas
disipan mis auroras.
Y le canto a la vida,
los cantos que conozco,
cuando solo nostalgias
adivino en pozos.
Yo soy la eterna duda
que va tras mi nostalgia.
Soy silencio que cruza
agrandando la calma.
Soy la canción pasiva
que surge de la garganta,
sin ganas de clamores,
ni aplausos, ni medallas.
Soy apenas la huella
de mi paso sigiloso,
una sombra que cruza,
una gota en un pozo.