Llegaste tarde,
en ese suponer
lo que supones
y retardas las horas,
aguardando,
darle certeza a todo
lo que haces,
retrasando mi tiempo,
mis reproches.
Mi reloj tempranero
predijo la tardanza
y vio tu atardecer
sobre el perfil ligero
de los minutos largos
retozando en el tedio.
Tarde, tarde,
gritaron todos los espacios
y el coro de las alas
paso tarde,
en un querer medir
mi paciencia sin limite
aguardandote.
Tarde,
tan tarde como siempre,
llegaste a donde siempre
quisiste llegar tarde.
Queriendo no encontrarme,
me encontraste
aguardando en el limbo
de todos los requiebros
porque llegaste tarde.