Tal vez, es el talvez
de todos los conflictos…
Amanezcamos juntos,
entregándolo todo.
Por ahora:
nada que traslucir…
La llamada esperanza,
prostándose en las horas
del deseo,
vuelve a ganar vigor,
cuando se marcha…
Indecisa:
apago, simplemente,
esa luz que invitaba
a nuestro nuevo encuentro…
La fatiga,
puede más que el amor
que, a poco, se anunciara.
La tristeza:
ahuyenta la sonrisa
que practicamos juntos.
Esa monótona,
ahora languida,
rememora conflictos
que vivimos,
y el perdón
va cerrando las cortinas
con esa pesadez
que sorprendimos…
Quizá la noche,
ligada al infinito
nos abrace sonriendo,
perdida en laberintos…
Sólo el reloj recuerda
esas horas perdidas,
y sólo el despertar
nace perfecto,
con algún motivo alegre,
robándole sonrisas
a los sueños
que tuvimos…