Suelo ser la que era
con mi tren de ilusiones
y alabadas quimeras
sabiendo que no fueron
lo que siempre quisiera.
Suelo ser taciturna
y, ante cualquier dilema,
deletreo palabras,
para albergarme en ellas.
Suelo ser disyuntiva
que vive imaginando
cualquier otro circuito
para mi propio espacio.
Suelo ser la que nunca
sus palabras derivan
de una presunta tarde
o una presunta huída.
Suelo ser, sin ser esa,
la que una vez quisiera,
pero sigo soñando,
por siempre, a mi manera.
Sin más materialismos,
ilusiones o quejas,
que pidan idealismos
para cualquier bandera.
Suelo ser la que siempre
en mis huesos viviera,
sin pregonar lo mucho
¡que la vida me diera!