Soy la misma,
con mi fe de erratas
sumisamente adherida a mi costado.
Voy y no recuerdo
que quise ir siquiera.
Me llevan y recuerdo
que yendo, no llegaba
a la esperada huerta
donde sembré mi zafra
una tarde cualquiera.
Soy, no siendo,
en un nacer doquiera,
solo para enojar
mi intransigencia.
Sin embargo,
yo nunca pretendí lo que no era
usando mis premisas
o mis quejas.
Y siendo así:
sigo siendo la misma
que alguna vez, ya fuera,
sin proponerse metas
que alguna vez tuviera.
Soy la misma que cruza
la senda de otra era
mientras miro a la luna,
tratando ver sus huellas,
en el azul de siempre
bordado con estrellas…