Solos
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Solos

Solos: 

como si la soledad 

hubiera sido 

la última respuesta 

del herido, 

con el celaje cierto 

de algún final perdido. 

 

Como si los caminos 

pertenecen a aquellos 

que por hambre o victorias 

se olvidan del pasado 

y de su historia. 

Solos, perdidos, 

llevando todo a cuestas 

de un miserable abrigo. 

 

Y suspiran las hordas 

los cantos de haber sido, 

la última protesta 

y los más altos bríos. 

Y suspira la Luna, 

amedrentando ganas, 

cuando se va y se pierde 

de la vista y la trama. 

 

Solos. 

Se van los pasos solos, 

rezando Avemarías, Padrenuestros, 

suspirando con fuerza 

de sentirse contento, 

de caminar la noche 

con su luna y estrellas, 

brindándole cuidado 

al amor y a las huellas, 

sin saber de las penas 

que le aguardan afuera 

donde el conflicto crece 

sin lunas, sin estrellas, 

que apoyen al guerrero 

y duerman al que suena 

con algún mundo justo, 

ganado en la frontera 

de todos los discursos 

y todas las querellas. 

 

Así marcha el soldado, 

por el sueño que sueña: 

hacer la Patria libre 

cortando las marcas 

de esos futuros sueños 

que alguna vez tuvieran 

los hombres y mujeres 

que en la tierra nacieran 

para hacerla más justa, 

más hermana, más terca, 

contra cualquier concepto 

que niegue las ideas, 

y el honor que se siente 

por la esperanza añeja…

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