El vaivén de las olas
va aquietando,
dentro de mi,
la niña que pervive.
Es la madre
en rítmico mensaje
hilbanando las nanas
desde antaño.
El viento les ayuda,
mar y tierra,
balanceando los versos
tan remotos y gastados.
Comienzan descifrando
sueños niños,
prolongando en el tiempo
las consejas
escuchadas mil veces
por los astros.
Es mi playa de siempre,
en la memoria
inscrita,
bailando suavemente
en mis costados.
Viene a escuchar
pesares,
se detiene
y dejándome libre,
se diluye
para volver a andar
sobre mis huellas
gastadas por la esencia
de los años…
Solaz que cruza
reformando al alma
lasuave espuma
sobre el cuerpo manso,
cuando sólo la espuma
de nuestro mar
aguarda,
perdiendo su poder
con el contacto…