Si yo amanezco anciana,
concluído mi tiempo
y mi extra-tiempo
podría acumular
tantas mañanas
como sí, a diario,
acumulara vientos,
para un día volar
cuando me dieran ganas.
Recordando
los sentires viejos
y lo que no he sentido
hace algún tiempo,
rumiara en mi ventana
serenatas
por aquellos amores,
que durmieron
negándome el placer
del extra-tiempo.
Andaría, andariega,
en las aceras
que alguna vez anduve,
así, sin preguntarme
cual me gustaba mas
en mis andares.
Recorrería, sumisa,
las vitrinas
solo para mirar
cuanto querría
tener entre mis manos
obsesiva y sumisa,
toda la colección
de temporadas
que ya no viviría.
Creería también,
que hay una nueva vida
esperándome en tiempos
de la nueva vendimia.
Usaría, otra vez,
mis hasta cuando,
y moldearía otra vez
los hasta nunca,
que alguna vez dijera
en mis premisas.
Si yo amanezco anciana,
concluiría mi tiempo
de cenizas,
como el miércoles triste
que trasciende
más allá del más nunca
entre la brisa.
Si yo amanezco anciana,
no te olvides
de echar al río mi eco
y mis cenizas.
Para mi renacer,
por si acaso amanezco:
sólo un ramo completo
de todas tus sonrisas.
Y unas nuevas palabras,
renaciendo,
para un encuentro
que no tiene prisa…