Si pudieran mis brazos
abrazarte de nuevo,
contarte mis desvelos,
sentir, mientras observo
que es inútil perderme
a través del anhelo
que presiona mi musa,
cada vez que te sueño,
recordando lejanas
rutas para el desvelo.
Si pudiera decirte,
con mis tontas palabras
lo mucho que yo extraño
tu risa y tus historias,
contándonos los sueños
que siempre nos contaras
con las nuevas ideas
que siempre le inventaras.
Si pudiera mirarte,
ausencia de palabras,
tendría la sonrisa
inimitable, sabia,
regalando a tu rostro
conquistar nuestras almas.
Si alguna vez pudiera
encontrarte en la zafra
de sonrisas y cuentos,
que nunca nos colmaran,
sentiría, cual nunca,
¡campanas en el alma!
La alegría brillando,
a través de las lágrimas
y un rebosante anhelo
de que nunca marcharas
de todas las ternuras
¡que ha guardado tu llama!