Si los vieran hoy mis ojos
¡que alegria!
Tendría mi alma
grandes recompensas
al tenerles conmigo
en la querencia
de verlos siempre
junto a mi,
y unidos.
revisar, otra vez,
tiempos perdidos
por si se nos quedara
algun detalle,
en el collar certero
de las tardes
que tan alegres fueron
y se han ido.
Niñas voces de ayer,
hoy tan maduras,
se han marchado de mi
con la premura
de las aves que quieren
construir sus abrigos.
Llega apenas un soplo
de las risas de antaño
moviendose en el parque,
como todos los años.
Creciéndose en altura
y en poderes,
mientras yo,
creciendo en mis fervores,
columpio mi tristeza
entre las flores
que cuido con desgano.
Si los vieran hoy mis ojos,
cantaria a la vida
más que nunca
y más que nunca
mi cansada calma
se treparía a los muros
y cantará,
con el vigor de ayer,
desprevenido.
Trayéndole alegrías
a mi nido
hace tiempo tan sordo
y tan vencido,
que no resiste
la pesada carga.