¡Sencillamente!
¡Sencillamente!

¡Sencillamente!

Asa, sencillamente, 

luchando mis batallas. 

Sintiendo que soy fuerte, 

¡exigiendo murallas! 

Cercando, contra el viento, 

un sin fin de olas altas. 

Pervivir en el todo 

y excusándome en nada. 

 

Sencillamente voy 

sobre mi propia barca 

entre un nidal de olas 

que subyugan mi zafra. 

Colocando en mis hombros 

mis luchas y mis ansias. 

Con más dolor que herida 

urgiendo a mis espaldas. 

 

Y aquí estoy, 

y aquí sigo,

con mi ruta labrada, 

más insomne que nunca 

y más triste que nada. 

 

Pero voy, tan segura 

de llegar a mi playa 

que mi velero urge 

tocar la nueva arena 

y empezar las batallas, 

porque debo a mi vida:

¡más ilusión que nada! 

más prebendas que caos, 

¡más alegría que lágrimas!

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