Semillitas bien duritas
en el pote se metieron
con papel y con aguita,
comoditas se escondieron.
Después de algunos días
de regarlas tempranito,
un sitio oscuro y mis mimos,
despertaron retoñitos.
Primero sus raicitas,
después una hojita envuelta,
y unas hojas y otras hojas,
que llenaron la cubierta.
¡Qué hermosa luce
mi matica de maíz!
Cuando vaya a trasplantarla,
le crecerá su raíz.
Y ya en la tierra abonada,
el maíz frutos dará
y una mazorca dorada
sus dientes de oro abrirá.
¡Qué bonita es la siembra
que con amor se cultiva!,
pues la cosecha que obtengas
hará más rica tu vida
y más sabrosa tu mesa.
Papi y mami me ayudaron
a trasplantar mi maíz
y se luce, verdecito,
plantadito en mi jardín.