¿Sabes lo que yo quiero de regalo?
que te quedes callado
con la mirada fija en mi mirada
con las manos tendidas en mis manos,
con tu idea fundida en mi idea,
ni un deseo turbio,
y sin nada
que implique falsa adoración;
no quiero nada
más que una noche quieta.
Y tu amor y mi amor
queriéndose en las alas
del sentimiento noble que me inspiras
y el que,
me has dicho siempre,
te inspirará…