La brisa puso en el río
un torbellino de aguas
danzando sin encontrar
caminos para sus ansias.
Y las gaviotas, que cruzan,
entre marea y marea,
arremolinan sus vuelos
discutiendo quién más vuela.
El sauce las mira airoso
moviendo entre sus clinejas
un amarillo que fluye
desnudando cabelleras.
Hay remolino en el aire
en el vaivén de las aguas,
entre mi pena y tu pena,
y entre las alas que danzan.