Presagiando las rutas que no he visto
me he colocado el traje dominguero
le deje a los anhelos recorridos,
un paradigma para los secretos
y loca de luchar contra mi misma
me verti en los caminos lisonjeros
que enseñaron sus dones y sus glorias
ante mis expectantes vertederos.
Presagiando tormentas y tormentas
me fui desdibujando en derroteros
que no pertenecían a mis rutas
y, tonta, me deshice en los anhelos
de remontarme a ti en los luceros
que cernían las luces en tu cielo
tristisimo de soles
y, esperando no parecerme a mi,
mis presagios de siempre me siguieron.
Presagiando futuras cicatrices
sigo en mi alma triste, presintiendo
seguir sobre mi mal sin los remedios
que pudieran llegar de tu alma triste,
abriendo grandes grietas en los diques
que mantienen las aguas de mis miedos.