Prendida en los anhelos
de una nube que pasa,
sin pensar en destinos
que alguna vez pensara.
Contra viento y mareas,
contra la fe tan larga
esgrimo los motivos
que alguna vez te ganan.
Y las palabras danzan,
incluso tras la almohada
sugiriendo detalles
que puedan animarlas.
Y, por sí no lo sabes,
estas líneas privadas
me encuentran, cualquier hora
sin siquiera llamarlas.
Y en un sin fin de veces,
me alertan, luego callan,
sedientes por leer
alguna vez mí zafra.
Y yo espero tranquila,
sin pedirles más nada
qué hacer eco a mi ausencia
cuando ya no hay palabras.