Lluvia

Como cisnes,  las voces navegaron  por las aguas  cristalinas y puras  de los versos.  Hubo un remanso  pleno de ternezas,  allí donde la luz  se posa y te contempla  con más dulzor que nada  entre

Soy cada vez más onda  tranquila que navega  sobre sus aguas mansas,  escuchando los trinos  de las aves que pasan.    Cada vez más humana  hurgando entre mis fallas  cada vez más sin remedio,  como

Estoy aquí, esperando  mi musa de Domingos,  mi amanecer de astros,  mi justa enhorabuena,  mi colección de auroras,  mi voz de esperanto.  Mi no sé cuántas lunas,  mi furor o mi llanto,  mi aliviador de

Por cada hora, una línea  donde escriba despacio  contando cuántos años  debo seguir andando.    Cuando se ruega al alma  a esperar lo deseado,  ya mi musa camina  por caminos negados.    Y mi esperanza

Ciega.  Como en latente búsqueda  de algo  que no logro encontrar  y que no sé si acaso existe.    En medio de penumbras  y fracasos  que no puedo achacar  más que a mi misma.   

Detrás de los enigmas,  las certezas  de otros seres guiando  nuestras sendas.  De otros ojos  mirando sobre el agua  las nuevas ondas  que en el río tallan  las muchas sendas  de nuestras mañanas.    Y

Hoy me puse a pensar  en todas esas cosas  que nadan a favor  de la evidencia:  las cosas tan sencillas  que te faltan,  el retardo sin fin  de aquellos versos  que, en un día cualquiera, 

Tal vez no sea nunca el momento perfecto,  la hora imaginada,  el minuto concreto,  la voz voz que nunca digo,  la mano, que tejiendo,  le va poniendo el hilo  a los resabios viejos.    Tal

Sigo aquí:  imaginando mi aquí,  desde otro prisma.  Encarando verdades  sin ser mías.  Llamándome al placer  de no hacer nada,  cuando hacer algo  no pareciera alguna ser obra digna.   Sigo aquí:  enquistada figura  forjadora

Ahora es otoño  de hojas y olvidos,  el cambio de las hojas  aligera el principio  para otra estación,  y hacia otros destinos.  Ahora es todo calma  hasta la misma acera,  a diario caminada,  tiene la

Miro las fotos:  lo que fuímos  y no seremos más.  Los instantes  que ya no viviremos.  Los requiebros  que ya nunca serán  más que deseos  tristes, solitarios.  Suspiro…  posiblemente hoy  solo quieres mirar,  no pensar,

Yo no sé de los tantos  que figuran  desfigurando al mundo,  pero sé de los tantos  que abundan en la tierra  y no tienen futuro,  ni premios, ni recuerdos,  ni banderas.  Son los mismos de