Hoy Cantó La Tristeza

Como si quisiera  me perdí en las nubes  extasiada en copos  y formas y escenas,  lánguidos parajes  y escondidas tretas.  Un largo pasillo  llevándome al alba  tranquila y, despierta,  murmurando versos  que no conocía,  inventaba

Si en un si acaso  pudiera  compartir tus alegrías  a otra culpa me uniría  por unirme a la certeza  de descubrir que soy presa  sin voluntad, ni valía.    Y es por eso que reclamo 

Tras la sequía,  despiertan las aves  clamando las aguas  que en nubes, flotando  llegan a la orilla.    Hay rumor de alas.  Hay rumor de vida  desde la empinada  cúpula de árboles  hasta la inquietante, 

Ven a mirar la tarde,  la lluvia se ha marchado  y la grama parece  una alfombra muy verde  donde ya bailan todas  las flores silvestres.    Los árboles presumen  de las gotas brillantes  que dejara

En declive  mis fuerzas van minando  mis sentires  la soledad me envuelve  en un letargo.  La forma de sentir  ya no parece  que me viene de adentro,  como antaño,  negando lo que fuí,  lo que

Así se fue la tarde,  sin gritar «hasta cuando»  con su revolotear  de pericos, volando,  dando vueltas al árbol  donde suelen estar  los más pequeños,  y regresan los grandes  cuando cae el sereno.    La

Hoy releí mis versos  como si fueran de otro  como si alguna mano,  que ahora desconozco,  fluyera por sí misma  y escribiera a su antojo.    Hoy releí mis versos  y me sentí distinta.  Ya

En mi orilla  ya nunca pasa nada  mas que una pequeña  ola que navega  y regresa a morir  en la amplia ensenada.    Yo miro como llega  cansada de sus viajes  sobre antiguas mareas  y

Como para pensar:  recojo mis corotos  y me acuesto de espaldas  bajo este techo cálido,  sobre la alfombra verde.    Decidiendo el empeño  que le pondre a las líneas,  hago magia de versos  como palabras