El Tiempo

Logro vestirme hoy  de la natura meridiana  que me plena.  Soy el Sur en sus palmas,  sus orillas,  sus aguas sempiternas,  su languidez de cielos,  sus brillantes arenas,  al borde de las playas,  el furor

Te vistes de lector  y lees mis versos  cuando ya no me importa  so los lees.  Estaban tan callados,  tan sumisos,  tan míos,   protegidos de ti  y tus abismos.    Ahora, te vistes de lector 

Tengo para vivir  las viejas letanías   que aprendí en los vaivenes  de la infancia:    mi propia deslealtad  por las mentiras,  mi justificada fe  por los milagros,  mi risa contagiosa  y precavida,  ante la alegre

Esta noche,  absurdamente larga  pasó peinando toda  su abundante melena.  Ahora se pone broches  cuajados con estrellas,  y ha estado así,  tendida y larga  para la luna nueva,  haciendo, poco a poco  su mañana de

Yo soy esa  hecha suspiro y brisa  dentro de mis cerrojos.  La que niega el morir  como una excusa  del no seguir viviendo  a tus antojos.  La que atrinchera todas  las ganancias del día  alegre

El ganar o perder  no fue nunca trinchera  permanente o certera.  Ganas muy pocas veces,  circunstancias que vives  o que llegan  con normal sobresalto  en lo que esperas.  Pierdes, también,  a veces;  no logro entender

Esos pájaros negros  que sienten la carroña  como la gran promesa,  y la devoran,  son como esos parásitos  difíciles de hallar  y de extirpar,  volando sin preaviso,  su rapidez sin culpas.  Llegan, se nutren  de

No soy yo,  desguarnecida.  No soy yo  equidistante a nada.  Anciana desde siempre,  petulante y confusa,  eufórica en mi limbo,  olvidadora olvidada  de mi propio estrabismo.  De pronto,  me sé, me veo,  me transcribo…  y

El ser que llega a tí  es el correcto  y llega, en el momento preciso  para que pueda suceder  lo que debe suceder:  llano y conciso.  Porque, aparentemente  somos esas figuras  del ajedrez contínuo  que

Pérdida y encuentro  en la desesperanza.  Heterogéneamente  dispensados y dispersos  en un juego siempre  didáctico y diabólico.  Magia y perturbación  en semillas y herrumbres  esparcidos:  inseguros sucesos  que pululan,  a veces,  a mansalva.  Victima y

Es lo más consecuente: si al árbol de la vida  le buscas ramas idas  sin la savia perenne.    Sólo así corresponde  el futuro al presente.  En el innato fruto del pasado que vuelve  dando

Dentro de la nada,  nada  cerrándose al entorno.  Fugitiva y efímera  con su marcha sin rastros  para que no la sientas.  Dentro de la vida,  vida  abrigando centauros.  Permanente y precisa  en su estadía  con

Suelto a la mar  mis sogas  rendidas de infortunios.  En mi barca vacía,  los pelícanos hablan  con sus cortos susurros. El traje gris y blanco  humedecido  por las gotas que vuelan,  se agita con el

Polvo de estrellas  para volar por dentro…  Tu adentro, cubierto de neblinas y enredado en los vientos.  Desaparecidas huellas en minúsculos trazos,  ambivalente asombro  entre muerte y milagro.    Polvo para la vida  cantada así,

Y yo,  fútil gaviota  revisando  las playas  para vencer la orilla.  Venciéndose en sí misma para volar de alas anchas.    Y yo,  mirando desde lejos  tu amanecer tranquilo,  descanso sin remilgos,  tiendo mis manos