Desde Entonces

¿Qué más puedes decir  cuando se ha dicho todo?  ¿Qué más puede quedar  cuando vas desplazando  la querencia y los logros  a la antigua carencia?  Conjugando a tu modo  un declarar la paz,  un lograr

Triste:  como sólo triste  se puede estar  al fin de la jornada  ¡siempre triste! Y, mirando hacia atrás,  sin esperar más nada  de lo que siempre fuiste,  o sembraste, o tuviste,  o viviste, o soñaste, 

Y después de los llantos,  los lamentos, las horas  que se pasan volando…  El no querer seguir,  reconciliar, mover,  sólo contando pasos  sin ir a parte alguna,  a algún lugar deseado  que ofrezca, entre sus

..Me gustaría desgranar países  en una caminata que no muera,  sentir de frente al sol,  que se resiste  a acompañarme siempre  a las fronteras  en donde el se viste  de matices,  mientras el sol traspasa 

Y te vas…  como se van las olas  en nuestro mar bravío  coronando en su viaje  las deseos más íntimos.    Y te llevas,  en versos,  los cantos aprendidos  languideciendo rutas  que nunca prometimos.   

¿Y qué más,  en las huellas  de los propios encuentros,  de análisis furtivos  detrás de las cortinas  de nuestros propios fueros?    ¿Y qué más,  si desdices  lo tuyo de lo nuestro  y el cielo,

Inútil el pensar  que somos sólo uno  cuando todo te aparta…    Inútil el vencer  lo poco que sentimos  y todo desamarra…    Inútil el vertir  las horas que florecen  como pez en el agua, 

Y me marcho de todo  lo que me encarcelaba,  para vestirme toda  sobre las mismas aguas…    Saludando a los peces,  a las viejas miradas  de los tantos que miran,  más allá de las olas, 

Es la bruma del tiempo la que llega y te amarra  con sus voces de invierno  y su ansia de palabras.    Las miradas que callan,  los salmos que rezamos  cubriendo nuestras faltas,  con los

Y es así:  una a una,  igual se van moviendo  las capas de la vida para encontrar su centro,  que es el alma.   Una y todas pululan,  así, en avanzadas,  todas las libertades  que

En mi mundo de aguas  tal vez no pase nada:  sólo el agua jugando  a traspasar fronteras  en la ruta que traza.    El volar de las aves  encima de las ramas,  el gorjeo incesante 

Volamos,  a la más cómoda altura,  siempre en busca de los sueños… Nuestra vía, la de siempre, la que definimos siempre,  como normal, cotidiana  o conveniente.  Nada ataca nuestro viaje,  ni las ganas de seguirlo

Yo no sé cuántos llegaron. Yo no sé cuántos se fueron.  Sólo sé que la tristeza  se reflejaba en el cielo,  y en el sitio de sus tumbas  pequeñas flores nacieron haciendo honor a la

Y después…¿cuántos versos? Y después… ¿cuántas lágrimas  perdurando en los rostros  curtidos de esperanzas?    Si la esperanza muere  igual que las palabras,  sin que nadie requiera  un réquiem por las almas.    Si la

¿Y qué hacer con las horas  que se acumulan juntas  sumidas en el tedio  de lo que nunca fuera,  o soñara, o viviera?   ¿Y qué hacer con los retos  que presumimos nuestros  sin tener