Versos Para Mis Niños

Canta que canta, cantor ¿No oyes que de campanas hizo la tarde un gran son?   ¿Qué hay un revuelo de nubes, de sonrisas, de palabras?   ¿Qué la noche está invitada para el ocaso

Cinco deditos tiene mi sol y cada mano, capullo en flor parece hecha para mi amor.   Cinco deditos tiene mi sol.

Mira, cuando las plantas cuajen sus capullos de aromas, voy a escribirte un verso donde presientas la misma cálida presencia de un pájaro encantado, o de un lirio, de un beso…

Mientras pasaba el tiempo, un conejito entraba y otro salía, y entre entrada y salida, como en los cuentos, en tu sonrisa toda quedó prendida la conejita alegre de las caricias…

Una flor, hecha brisa perfumó la casita, volcó sonrisas y la mano del niño corre tras ella y al tocarla sus manos, se volvió estrella.   Ya perfuma la estrella brilla la flor y en

Llegó el duende, tomó la varita, la tensó en el aire, le pareció buena, oyó los sonidos a través de ella, y mientras vibraba, toditas las notas al aire lanzaba. Acudieron todos a oír el

Un carrete y un hilo se alegran en mis manos como una travesura de pequeño…

Como un barquito triste que navega va tu lágrima dulce… resbalando. Va pintando, pintora, un canal de reproches en tu cara.   Cara en que la tristeza tiene la misma longitud del río pequeñito que

Vuelta y vuelta va dando, giro tras giro un cordel que te apresa y la risa de un niño.   Vuelta y vuelta va dando glorioso giro que se vuelve sonrisas con tus suspiros.

Anida en sus ramajes protectores el árbol fuerte al débil pajarillo y en sus ramas florecen ¡a dúo!   Vuelos y música, cantos y brisa, colores y rocío.

Aquel capullo de plata que brilla en el infinito, es una rosa blanca que no llegó a nacer, ¿no ves como titilan sus cálidos ojitos?   Te está sonriendo y piensa florecer para ti…

Cuando se descosía el abrazo de la tierra y sufrían los surcos su tempestad de oleajes,  los dedos tan heridos del ramaje lloraban su ilusión de alondra en el paisaje.   Llegó la fuerte lluvia

Para ti una canción hecha de mimos para mi una sonrisa cielo y rocío.   Para ti todo el mundo envuelto en gasas para mi, tu ternura, tu fe, tu gracia…‍   Para ti los

Risas en el parque la Reina Alegría como un pajarillo se mece en los árboles. Ruedas y más ruedas, columpios audaces, quieren desprenderse, conquistar el aire y en las manos niñas juega la firmeza su

Uno, dos y tres cuatro, cinco, seis. Los primeros números quisiste aprender y cuentas y cuentas una y otra vez.   Uno, dos, tres pequeños ositos van dando traspiés.   Cuatro, cinco, seis pequeñas hormigas