Huellas Para Mis Pasos

Si tu mano ya sabe entrelazar mis manos. Caminemos unidos, si tu sombra ya sabe encontrar la nostalgia de mi sombra.   Caminemos unidos ¿para que hacer dos sendas? ¡si una sola nos llama! Caminemos

Ella estaba muy triste y no sabía si cantarle a la muerte o cantarle a la vida yo la vi en la penumbra de todos sus recuerdos, eran latidos quietos asomando por las tristes pupilas.

Vas hacia la boda de nácar, de oro emprendida con tu traje largo claro y distinguido, pondrás una nota de esplendor y brillo a la noche nupcial, serás el símbolo de la belleza plana y

La ciudad casi duerme y lentamente, el cerro, con el rosado sublime de la tarde y el verdor agrietado de su cuerpo, duerme también. Desdibujada ya la gran ciudad parece un enorme cascarón con mil

Estoy aquí frente al Avila que va desvaneciéndose, las nubes inquietantes barrenderas se van llevando la luz que todavía queda y el día muere al fin sobre Caracas. El cerro, extendido consorte, va formando aquí

Hermano: cuando no tengas pan que llevar a tu boca, cuando no tengas fiebres que aligeren tu paso, cuando estés yerto en rumbos y te sientas perdido, cuando ya no te encuentres o no quieras

Voy al canto porque canto tus pensamientos de siglos, voy a tu paso de hermano acompasando mi paso, voy a tu sombra rebelde sobre este suelo de Patria. Voy llorando, voy llorando sobre tus cuencos

Quiso gritar y era una niña hambrienta, o una lágrima trémula que pulsa por nacer condenada a la muerte. Gritar sin morir y era un niño macilento, tristísimo, hambriento, de mi tierra o de Etiopía

Tu me diste la lana para hilar esos hilos, con tu propia semilla tu me hiciste en grandeza en bravura y en bríos, tu amasaste la brea, modelaste siluetas, con una horma tan tuya que

Tanto mirar pasar la senda de la vida uniendo con sus hilos nuestras manos hijos, ilusiones, todo nos reunía ¿por qué dejar que venzan los obstáculos? toma mi mano fraternalmente y dime: ¿no compartes tu

Quiero estar contigo en la quietud que asoma al cántico de pájaros, en la hoja que evade con sutil displicencia el seno de la tierra que se brinda y va, alas del viento, sobre otra

Parir tras el viraje oculto de las ideas pasadas, renacer en ideas, y hasta en ideologías. Sintiendo la ruptura del surco que se frena y el cielo que termina, mientras germinan hondas, agudas y precisas

Miro tu majestad y me parece que ya te he visto así montón de veces tu pelo blanco en moño recogido la mirada severa de maestra de antaño el porte casi augusto de dama cumanesa,

Te fuiste sin despedirte te fuiste sin avisarme y sin aviso la aurora se me angustio con la tarde ¡qué triste adiós en la misa, sin un adiós para darte! ¡qué triste, pero que triste,

Parece que para escribir, debes saberlo todo o casi todo y yo, siendo ignorante no podría escribir algún verso con sentido, o sintiendo que siento, que es lo mismo.   Parece que el ilustre magistrado