Pintas La Tierra
Pintas La Tierra

Pintas La Tierra

En tu mente

pintas la tierra,

tu Tierra,

obligándote a recordarla

en pequenos detalles:

en el patio colibríes,

azulejos, cristofués

y arrendajos,

deliberando dadivas

entre las ramas.

En el suelo:

una caja de cartón,

un palo como orqueta

y, a modo de cortez entrada,

una fruta jugosa

haciendo de carnada:

«cuando goloso comas

la fruta que te ofrezco

se quedaran tus alas

sin poder, en mis manos».

Y la paciencia izaba

su poder de carnada.

 

Tantas veces la vida

te repite el encuentro,

y como un pobre pájaro

te quedas sin tus vuelos.

¡cuánta añoranza entonces

por lo que ya perdimos!

¡cuánta desigualdad en sinrazones!

¡cuánta tierra pintada

con diferentes ocres!

 

El cuadro, que te aguarda,

te muestra su blancura

fascinante,

donde el pincel

no agobia la estructura

pensando en el diseño.

Olvidas lo lejano,

tu manantial.

A ratos te empecinas

y de tu mano suave

van surgiendo

los marrones que guardas

incólumes de tiempo.

 

Pintas tu cuadro de antes,

los olores de antes

fluyen de tu retablo,

vuelven a refrescarse,

mientras que los azules

se difunden, se esfuman

y pájaros felices,

libertos, libertarios

le dan vida a tu cuadro

sujeto a tus raices

y a tus viejos presagios.

 

Es la magia de amar,

amor de lejos.

Serle fiel a la magia

que tenemos

 transmitiendo el espíritu

y los sueños…

Un comentario

  1. Lidice Rodriguez

    Que puedo añadir a lo que expresas
    con tu fidelidad a «la magia que transmite espíritu y sueños??» Es realmente magia convertida en versos que llenan de gozo al revelar la pintura. Gracias mujer hermosa por pintar con poesía mi paisaje.

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