Perdida:
en el hondo optimismo
de la nada.
Los motivos que me atan
pensando,
una vez y otra vez
por simples ganas.
Perdida:
cual si no hubiera
tiempo, que ganara.
En ese despertar
que no equipara
el sueño de vencer
en la diaria jornada.
Perdida, sin todos los dolores
que alguna vez pasara
por el tonto espejismo
y las tontas palabras,
que piden más hacer
cuando no pasa nada
más que la última gota
de la tonta esperanza.
Y tu vienes y vas
como si fuera nada
encontrar tantas luces
en tu tranquila sala.
Nadie confiesa ahora,
el todo es sonreir
y, aquí no pasa nada,
que invite a las angustias
subirse a las espaldas…
Perdida:
como quien va buscando
y ¡nunca encuentra nada!