Ya no te afanes, alma,
tranquiliza
dentro de ti no ser
ese ser que esperaba
la eterna gratuidad
de ser amada
y el compromiso
intrínseco,
de ofrecerte a ti misma
en la devolución exacta.
Ya no te afanes, alma,
ya no importa
si no se dieron
a tus besos, besos.
Si no llegaron hasta ti los ecos
del merecido amor
que te aguardaba.
Ya no te afanes, alma,
no te afanes,
cierra los ojos, alma,
sueña el amor que pasa…