¡No! Ya no estoy
para la larga espera,
los versos sin sentido,
las inútiles velas
que enciendes cada día
en tu plegaria nueva.
¡No! Ya no estoy
para la misma calma,
las noticias que llegan
y subrayan,
las tantas ya perdidas
y terribles batallas,
los tristes epitafios
que se olvidan al alba
como se olvida el brillo
de la esperanza diaria.
No, ya no tengo la paz
que me arrancaran.
en cada nueva guerra,
y cada nueva táctica,
sólo dejan pobreza,
a toda luz, amarga.
No, porque el dolor aprieta,
y sin dolor no hay nada.
Pronosticar futuros
para ganar batallas
es lo que queda al justo,
cuando no queda nada.
La justicia que muere
en medio de sus fallas,
está pidiendo a gritos
eliminar amarras
para que un mundo libre
viva con sus avances,
su búsqueda o sus fallas,
pero seguro y cierto
de la luz que le aguarda
en un clamor que plena
las fronteras de Patria.
Más allá de los límites,
del ardid del canalla
que va rompiendo muros
para erigir, sin fallas,
un mundo que se caiga
sobre sus propias ansias,
está la majestad,
la prosperidad, el alma
de los que sueñan Patria
¡para hoy y mañana!