No.
No era una noche de brujas,
ni de muertos.
Era sólo el descanso
idealizado,
durmiéndose en las camas
guarnecidas
de amor y de cuidados.
Pero llegó el asalto,
y de repente,
los silencios cayeron, asustados
y en corre y corre
con la noche a cuestas
el monte brindó al padre
sus cuidados.
Fue la persecución
de las ideas.
Justo en la noche
cuando más se sueña
que el mundo gira
sobre lo soñado.
En medio de los gritos,
los rezos se perfilan
y en pos del sacrificio
sienten la voz del padre
agrietando sus almas
en conflictos.
No entiended,
pero viven
la era del asalto, del miedo
y los suspiros…
en un vallado triste
donde solo se sueña
aquello que perdimos.
Y eran ojos de niños
que lloraban
la rendición del alma
entre angustia y suspiros,
sin lograr entender
por que vivieron
la audacia de la idea
libertaria
perdiendo libertades
y en conflicto.