Nevar
Nevar

Nevar

Hojuelas blancas, blancas, 

colgándose en las ranuras 

desnudas de los árboles. 

 

Plegándose a la hierba 

como una piel impuesta 

por gracias invernales. 

 

Muriéndose en el río 

con la nostalgia leve 

de caer e inmolarse. 

 

Detenida en cristales 

escrutando la vida, 

de todos los mortales. 

 

Y con su beso frío, 

avanzan, como loca, 

en las olas del aire. 

 

Neva, neva en los techos; 

neva, neva en el alma; 

neva, neva en las calles…

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