Nada,
con la trivialidad
de las nubes que pasan,
sobre ondas del río,
que perecen o avanzan.
El viento hace su danza
entre ramas y ramas.
Las aves que ya cruzan,
uniéndose en las charlas,
la luz que da su pausas
cuando ya el sol alcanza
mirar entre las copas
liberando de azules
a nuestra tarde mansa.
Nada,
con la mente fija
logrando recuerdos
que no explican nada.
El alma se agita,
la sonrisa sobra,
y la tristeza avanza…
Nada que decline
la oración pausada,
de otro día
que no explica nada…