Nada imperiosamente
fuerte
que borre los recuerdos.
Nada que me detenga
en la vigilia.
Aislada como nunca
en una tierra
visible, sólo a mi vista
o mis sentidos.
Nada que me presione
a dejar el pasado
donde cada recuerdo
me transfiere la otra búsqueda.
Nada que me desdiga
o me despliegue.
Estoy aquí
tal como ayer y antes,
como siempre.
Aislada en mi propio
aislamiento cotidiano
soñando que regreso
sin regresos.
Aquí mi playa sola
y escondida.
Allá toda la búsqueda
sin huellas.
Nada que me desplace
de mi misura.
Nada para frenar
¡mi propia huelga!