Nada,
después de tanta pugna
nada.
Los lazos rotos, mustios,
tirados en la cas
y en el alma.
Las palabras perdiendo
los antiguos sentidos,
las lagrimas ya secas,
habilitando el vacío,
las perennes disputas
escondidas, calladas,
en el entorno íntimo
y un sentimiento mudo
colmando nuestras ansias.
Nada,
solo esperar las horas
para usarlas,
¡en un verso sin fin
con trazas de nostalgia!
Nada,
después de tanta pugna
nada… Nada…