Mirando la serena
mansedumbre
del río merodeando
en el paisaje,
va latiendo mi musa,
recordando
las cuantas veces
que pisé la alfombra
húmeda de la arena
y de las olas
en esa inquieta danza
que devora
todos mis sueños
de gentil infancia.
Río y mar
en los sueños
de niña y de mujer
Río y mar
susurrando los poemas
que deslizan las horas
y recuerdos
del río y de mi mar
siempre fluyendo
cada vez que los sueño.
Y camino otra vez
la orilla de mi río,
porque siempre son míos,
la humedad de la playa,
sintiendo sus oleadas,
el goce y los lamentos
de aquellos tiempos idos,
y el alegre reencuentro.