Mientras duermo,
mi soledad huye de mí,
cabalga por mis cuadros
y se pinta
de gran melancolía.
Trepa mis horizontes,
se diluye,
evocam, grita,
la siento y le permito
andar sin mí,
desnuda de lamentos…
Ella me mira fija
fingiendo emanciparse,
colorea de nubes
mis noches de desaires.
A gatas,
se reinstala, se descubre,
me atosiga y despierta.
Volvemos a lo mismo,
las dos,
con tanto tiempo juntas:
ir y volver, descanso permitido…
ir y volver, descanso necesario…
Las dos al mismo ritmo,
las dos sin timepo exacto…
las dos en un solo sueño…
las dos en un mundo ancho…