Espirales de azúcar
mi zafra lleva
y entre sombras y dudas
la mar se apena
oyendo el triste canto
que ahora le llega.
Y ya no se que busca
tras las verbenas,
si cantan y nos legan
culpas ajenas.
Porque todo es mi culpa
si a mi me entregan,
las ganas de zafarme
de mi alma en pena
cuando no existen dudas
que se desplazan
entre mi yo y mi canto
tras la condena
de seguir siendo ruta
pa’cualquier pena
que se venga y sonría
con duda añeja.
Y así seguirá siempre,
junto a mi vera,
cargando con las culpas
mías y ajenas…
Unas, por mi desidia,
otras a cuenta
de seguir siendo mía
la misma espera
de correr y salvarme
de toda pena…