Me largo,
con mis trastos
y mis esperanzas,
mis letras mal escritas,
mis deseos sin práctica,
mis muchas ataduras,
mis felices jornadas,
mi malestar de siempre:
mi ahogo
y tu muralla.
Me voy con todo eso,
me largo de tu gracia,
me largo de tristezas
tan viejas y negadas.
Me largo de los fríos,
de las noches amargas,
del susto de haber sido
algo menos que nada.
Me largo de la angustía
de las noches signadas
en un remembrar siempre
las palabras que danzan
haciendo de mi insomnio
tempestad y posada.
Me largo
de mí misma,
desde no sé
qué playa…
A encontrar mis
insomnios
detrás de mis mañanas…