Me canso de eludir
las líneas que me llaman.
Me canso de sentir
que sólo está en el alma,
esta angustia de siempre
y su hambre de palabras.
Es dentro de los límites
del río entre su cauce,
que duplico motivos
para escribir mas tarde,
cuando la pluma clama
el poder expresarse.
Así, saltando llegan
las palabras que nacen,
de la misma manera
que un río sobre el cauce,
abriéndose en la médula
de su paso entre árboles.
Y con la angustia puesta
del sol sobre el ramaje,
largan su vuelo alegre
las muchas hojas sueltas,
los muchos sentimientos,
como aves en su viaje.
Me canso de eludir
las líneas que me llaman,
en esta alegre tarde
cuando todo se mueve
con la misma armonía
¡del sol, en el paisaje!